
En el lado izquierdo, opuesta a la luz
Ahí yace su esplendor
Se revela orgullosa de su profana felicidad melancólica
Tan mal nombrada, como inexplorada y temida
Sin embargo deseada, incluso en estos constantes lúgubres amaneceres.
En el lado izquierdo, opuesta a la luz
Ahí yace su esplendor
Se revela orgullosa de su profana felicidad melancólica
Tan mal nombrada, como inexplorada y temida
Sin embargo deseada, incluso en estos constantes lúgubres amaneceres.
Por ahora invocaré a Cleopatra, ya no al Mesías.
No te preocupes por mi…
Seguiré aquí vigilando de cerca tu palpitar constante y paciente.
Eres mi hogar
Mas hoy tengo que cambiar las faldas danzantes
Que cubrieron mi soledad
Por las pieles que me esconden y protegen del frio que seductor, sobre mi ser se desliza.