Atreverse a a hacer Poesía hoy en día, es un claro símbolo de rebeldía. Te comparto un poco de la mía y …si no lo has hecho, espero que encuentres la tuya ….
El caballero vestido de blanco me ofreció su desnudez Piel blanca, falsa transparencia que escondía un lobo hambriento de paz. Los magos redondos bañados en negro barro Pondrían fin a la vejez, sin embargo ensimismados Solo pudieron tragarse sus propias letras para no morir de hambre.
Ya casi termino de devorar los cien mil libros que ordena el artilugio Para revelarme la entrada al túnel de la verdad absoluta Confieso que a veces me siento más perdida, sobre todo cuando hay tormenta Y yo tengo que salir a conquistar otras tierras Los duelos sacan sus alas color arcoíris mientras danzan con la lluvia La que lleve debajo de mis pies ahora mismo. La torre blanca, se torno obscura alejándose de mi presente Y en el hueco que dejó con su partida, brotaron árboles y ardillas Lagartijas, Colibríes, un rio sediento, una rana y mucha soledad.
Escribo para contar esta mágica historia de brujas sueños y hadas, de orgias deseadas, de violaciones calladas La vaciedad anhelada que posibilita el recibir Las palabras cíclicas y las ideas de escapar a cualquier lugar mientras me siga sosteniendo de tu mano y mirando el rocío que cubre tus ojos cafés. Cómo describir el terror que recorrió mi sensatez cuando todos los del carnaval se fueron quitando uno a uno las máscaras. La soledad que sintieron mis letras cuando el hombre de barbas eligió un libro negro escrito por otro hombre de espíritu negro como él, en lugar de mis luminosas letras que llevan acentos en las consonantes y danzan desafiando las dudas del subconsciente. Anticipándome escribiré esa novela que revele las verdades ocultas de todos y todas, principalmente las mías, que llore los ríos que la perfección y la quietud pretenden aprisionar. Regalaré mi cuento de colas y alas para llamar la atención de aquellas que quiero que me escuchen. Espero que esta vez funcione, solo quisiera escuchar mi nombre una vez… Dejaré tus fiestas, tus promesas y tus mentiras muy atrás, no se si algún día te quise o si sigo siendo el problema de casi medio siglo, dinamita de puentes que se tienden entre dos egos, derrumbando verdades absolutas. Premios y tesoros que doy y luego arrebato simplemente porque son míos. Silencios entregados cuando incumples tus promesas y mi paciencia se agota, decidiendo acabar con al menos mi mentira, jugando a la piedra gris para que no me hagas mas daño. Ya no entraré a la sala donde todos se disfrazan de lo que no son, me quedaré aprendiendo a escalar… llegar a las nubes trepada en una ilusión, dando vueltas sobre mi propio eje y sostenida con mis fuertes piernas No hago nada, así son desde que nací… me las regaló mi madre para llegar libremente a donde quisiera Dejaré de buscar quien me cuide… disfrazando mis intenciones con miradas de entendimiento sincero, cuando lo que busco es ser entendida sinceramente, esta vez solo tomaré tu mano, escucharé tu historia y regresaré trepada en la misma nube que me condujo hasta tu alma… vendrá un viento bueno que tibiamente me recuerde la abundancia, la confianza y la fe… No participaré más en los intercambios de favores.. ni tu ni yo los necesitamos ni lo merecemos. Solo sentémonos a conversar, acariciarnos sin segundas intenciones… sin exigir, sin esperar nada a cambio, confiando en nuestra fuerza interna, en la conciencia pura en la que todo abunda y todo es… en que todo lo bueno pasará siempre en este nuevo inicio.
¿La caja de Pandora?
Te das cuenta… ni si quiera era de ella
Ella solo la abrió…
Y Tú la creaste a Ella.
¿Si eres un Dios, puedes ser tan estúpido para dejar una incógnita en manos de un ser que creaste para buscar respuestas? Olvida si es mujer, no acabaremos nunca.
Hoy mientras te tomaba de la mano
Entendí tu mundo sintiendo tus pasos
Lentos … caminantes, pacientes incluso de tus propias prisas
Hoy ya con más calma te vas deslizando, evocando cantos que invitan mi llanto
Hoy aquí a tu lado ya todos mis miedos se desvanecieron
Esos que tu mismo un día sembraste y luego arrancaste
en una batalla de amor dulce y pleno
Hoy mientras muy lento… pero muy muy lento
Descubrí el deseo que tenías de amarme
Hoy te sostenía como tú a mi… antes
Cuando me enseñaste a dar grandes saltos
El campo de batalla está vacío.
Ya ni si quiera se oyen los sollozos de los moribundos.
En la trinchera aun hay manchas de sangre
Pero los cadáveres empiezan a descomponerse, el canto del viento es putrefacto.
¿Y tú sigues en pie, alimentando tu esquizofrenia que dominante te aconseja… Atormentándote con voces que, susurrantes quieren convencerte que aun hay algo por hacer.
¡Ya no te mientas más! Será lo más doloroso que harás en tu vida, pero verás… no hay acto más valiente que eso.
Desde esta inmediatez de palabra que se me desliza de los añejos pensamientos prohibidos hasta el corazón para luego erizar mi piel.
En esta claridad que me regala el violonchelo entregándose grandioso desde su soledad.
Con mi engreído desprecio a las frases placebo con las que irresponsablemente suelen automedicarse los prosaicos, y que aun alcanzo a escuchar… en el fondo… detrás de mi violonchelo, intentando irreverentes acallar el discurso entre las complejas entidades que se manifiestan, irreverentes y necias, en las distintas profundidades de mi conciencia.
Me dice mi amiga: “Ya estamos muy viejas”
Yo veo mis manos y sé que ella acierta…
¡Lo digo consciente! mirando mis pies, luego mis caderas…
Sintiendo mis muslos, palpando mis piernas
Tocando mi pelo, viendo que se quiebra
Sintiendo mis senos que se desvanecen
Observo mis glúteos, también mis ojeras
Las líneas marcadas por todo mi rostro
Mis ideas necias.
¿Acaso me hablas de esos seres que se aparecen momentáneamente y se desvanecen sin dejar rastro? Yo también los he sentido, recientemente… los míos y los tuyos. Tiempo… mucho tiempo hace que me siguen y me lengüetean.
Este amanecer me envuelve y me descubre
Desafiante, imprecisamente rojo
Contundente… poderoso
Con el sonido del mar en el fondo
Los pájaros despertando
Obedeciendo al instinto… ¡y no más!
Al color de este llamado.
Desde un principio establecimos claramente las reglas del juego. Ella las aceptó.
Si, lo recuerdo bien. Ella era así, mágica. Tan mágica como ninguna otra en el mundo. Y yo, puedo decir con orgullo, ¡tuve a todas las mujeres del mundo! al menos en mi mundo, jamás ninguna se me negó.